¿Cómo buscamos un agua ideal, más allá de su higienización standard?

  • 1. Instalación de un sistema de tratamiento adecuado

    • La calidad del agua varía según la fuente y almacenamiento, por lo que es clave contar con un sistema de tratamiento diseñado específicamente para cada explotación
    • Equipos como generadores de dióxido de cloro, filtros y dosificadores de biocidas deben instalarse de manera correcta para garantizar un funcionamiento eficiente.
    • La instalación debe considerar puntos críticos de control, asegurando que el tratamiento se mantenga hasta el punto de consumo.

     

    2. Prevención y eliminación del biofilm en tuberías

    • El biofilm es una biopelícula que alberga patógenos, reduciendo la calidad del agua y afectando la salud animal.
    • No todos los desinfectantes lo eliminan de manera efectiva; algunos solo actúan sobre la parte superficial.
    • Se recomienda un protocolo de limpieza y desinfección periódica de tuberías, combinando productos específicos con flushing o enjuagues adecuados.

     

    3. Uso de biocidas eficientes y autorizados

    • No todos los productos en el mercado cumplen con la normativa ni tienen la efectividad esperada.
    • Biocidas como el dióxido de cloro y el hipoclorito sódico han demostrado ser los más eficaces y seguros cuando se aplican correctamente.
    • El peróxido de hidrógeno estabilizado ha sido utilizado, pero su eficacia en biofilm y patógenos es limitada.

     

    4. Mantenimiento preventivo de la maquinaria de tratamiento

    • Los equipos deben ser revisados regularmente para evitar fallos en la dosificación o acumulación de residuos.
    • Es fundamental verificar el estado de filtros, tuberías y depósitos, asegurando que no haya incrustaciones o contaminación secundaria.
    • Las bombas dosificadoras y generadores de biocidas requieren calibración y chequeos para mantener su eficacia.

     

    5. Control del agua en almacenamiento y distribución

    • El agua puede ser potable en origen, pero se contamina durante el almacenamiento y distribución.
    • Depósitos y tuberías deben evitar acumulación de sedimentos y permitir un flujo continuo para reducir la proliferación de microorganismos.
    • El diseño del sistema de agua debe minimizar zonas muertas y estancamientos, ya que favorecen el crecimiento bacteriano.

     

    6. Monitorización y análisis periódico de la calidad del agua

    • Mediciones diarias de residual de biocidas, y controles periódicos de parámetros físico-químicos, según los tratamientos en cada granja
    • Se recomienda el uso de kits de análisis in situ y la realización de análisis en laboratorios especializados.
    • Un buen protocolo de control permitirá detectar problemas a tiempo y ajustar los tratamientos antes de que afecten a los animales.

 

Un sistema que parece estar en buen estado puede esconder ineficiencias invisibles que afectan directamente al consumo, la digestión y rendimiento del ganado

Asesoramiento adecuado, un sistema bien diseñado/optimizado, y un mantenimiento riguroso, garantiza un agua ideal que optimice el rendimiento de la granja y proteja su futuro. No es un gasto, sino una inversión con retorno real

No es conseguir un agua perfecta en momentos determinados, sino tener el estándar perfecto, 24 horas del día, 365 días del año